jueves, 18 de junio de 2015

Sin título



Apuro tu última sonrisa,
Como el que fuma
y sabe que va a estar rato sin ello.

Te miro, imponente es
la definición de cómo andadas.

Ahora te estás yendo
y daría toda la poesía por estar
En el vuelo de tu falda.
Color vino y blusa blanca.

Meto mis manos en los bolsillos
te veo entrar en tu portal
y me pierdo en esta ciudad.

Quedan varias horas para que amanezca,
pero yo he visto el amanecer,
hoy,
en tus ojos. Negros y felinos.




jueves, 4 de junio de 2015

Un invierno en las costillas.



Tengo este invierno incrustado en las costillas.Diciembre se ha acomodado en mi esternón y me cuesta respirar. Una docena de aves se han ido para no volver. Los árboles se tambalean desnudos
ante la atenta mirada de la Luna. Se escucha a la hojarasca danzar por los aledaños de los parques. Como escribiendo canciones de un invierno quebrado, sin copos de nieves. Un invierno que jamás se irá.

Todo va cambiando barba o afeitado. Camisa de cuadros o rayas. Pantalones rectos o pitillo. Papel de liar cigarros o de escribir. Todo ha cambiado y cuando vuelvan aquella docena de aves y vean lo que se ha llevado este invierno se irán a buscar un verano que no traiga caída de hojas y sequía de tinta.

sábado, 30 de mayo de 2015

Un octubre cualquiera



Está lloviendo,
como si tú mañana
no te fueras a despertar.

Son las dos y tres minutos.
Se supone,
que en algún lugar del globo
alguien está feliz.
Alguien se funde en sábanas.

También se supone que habrá
Otras mujeres después de ti.


Tú.
Después de tú,
Tus
Ojos.
Tus
manos.
Tus
piernas.

Después de tu mirada de soslayo,
antes de alejarme de tu puerta.

Después de acariciarte
la palma de la mano
antes de besarte el cuello.

Tengo una lista de propósitos
que llevan  a tu portal,
porque
que no te mientan,
todos los caminos llevan a tu espalda.

Es mentira.
No puede haber caminos transitables
después de esas piernas sobre mi cama.

La amenaza de un amanecer
que te despierte me parece
una auténtica cabronada.

Estiras los dedos de los pies y bostezas.
El mundo se limita a un suspiro cuando bostezas.

Dos y quince minutos.
Te quito el pelo de la cara
y me encomiendo a un insomnio
que lleve tu moño de cuando estudias.

viernes, 10 de abril de 2015

Aquel día.



Aquel día,
como todos desde que te fuiste.
Dormí abrazado a una ausencia.
Aquel día,
frío de un mes primero,
me propuse no besar más labios sabor vino.
Y tirar la botella que guardaba en la despensa.

Aquel día,
decidí que no quería llamar
a esta ausencia con un nombre tan bonito como el tuyo.

Aquel día,
volví a ponerme la camisa que odiabas.
Y pensar en sonreír como si llevará una corbata de lunares.

Aquel día,
dormí abrazado a una ausencia
que tenia el rimel corrido de haber llorado a una soledad.

Que puta es soledad cuando se trata de amar.
Me decía aquella ausencia.

Dormí abrazado a una ausencia
que decía haber visto todos los fríos inviernos
que pasé bajo tu manta.

Aquel día,
que había rehecho mi alma a base de cafés y bolígrafo.
Aquel día,
no te eche de menos.
No niego que me acordé de tus labios
en mi pecho besando cada poro de piel que ardía.
Pero no te eché de menos.

Aquel día,
tiré a la basura todas tus dudas.
Y me aferré a la felicidad antes de ti.
Y antes de tu ausencia.