martes, 25 de marzo de 2014

Metro

De poesías escritas en el metro
Que hablan una chica que iba,
más o menos como sus apuntes
desordenada.


Hoy que ya es primavera,
en el calendario.
Que tu mirada,
al calendario
no le espera para ser primavera.

Llevas una falda de lunares
como para contar todos y cada uno.
Posado en tu cintura,
Espera un libro que no alcanzo a ver el titulo.
Te veo tan bonita leyendo que es como
para enfadarse cuando suena tu parada.

Pero no te preocupes sonrisa de limón,
Que mañana no te escribo,
Mañana te hablo o te doy este poema.
Que al final las palabras
son papeles mojados
Si no se dicen a tiempo.

Ciudad de papel.





La ciudad de papel,
desconocidos en un tren.
Edificios y carreteras.
Bares y cervezas.

Caminar sólo empequeñecido
por el peso de la ciudad,
sobre los hombros.

Poetas intentando destacar
sobre la mediocridad,
de la sociedad.
La del sálvame, telecirco
y demás bazofias televisivas.


Cantantes de medio pelo
intentando ser alguien.
Partiéndose se el culo por tocar
en antros de viles agentes.

Artistas de lápiz desgastado.
Sin caballete, ni mirada bohemia.
Vendiendo su alma al mejor postor,
por medio céntimo y goma de borrar.
Para borrar dibujos del pasado.

Las engangrenadas calles
llenas de gente que no se conoce
y se admira o se odia.
Gente que no se conoce y se ama.
Calles desolladas de gente,
Que suicidan su alma por un amor.


Divas sin visón,
sin visión.
En tascas escondidas
en los bajos.

Maleantes y ladrones
acechando en la noche.
Escondidos en sus barrios alcantarilla
Como ratas o lagartijas.

Intentan sobrevivir,
Absorbiendo el trabajo de otros.
Que lloran cada gota de sudor trabajado.
Por un chusco de pan frío.

En la ciudad llueve
y se deshace el papel.
Se envenena la tinta de dentro.
Se arruga y engulle a todos.

El bueno y el malo.
Todos vomitando sus ilusiones,
tras todas las decepciones.

Poemas sin terminar o de final amargo.







 Poeta busca musa.

Poeta busca musa
dispuesta a dormir poco
La única promesa,
unas cervezas a las luz
de una Madrid nocturna,
Expectante y dispuesta
a ofrecernos poesía enlazados
en sábanas.

El imsomnio lo paga en versos,
en desnudos de folios en blanco.
En desvirgar libretas de cuadros.
En llenar del móvil de notas.
En regalarle poesía.

Apuestas

Lo apuesto todo al rojo de tus labios,
me la juego en cada curva de tu cuerpo.

Apuesto mi mejor verso
Por tus ojos del color del billete de 100.
O por oír de tus labios un 'ven'.

En tu quiniela siempre se gana en casa,
En tu cama, en mis sábanas.


Marinera


Me gusta
el rumbo que toman tus besos,
mis versos.

Mi velero de poesía a la deriva,
directo a encallar
en tu brisa destructura.

Ondea tu pelo,
que es mi bandera
Al son de los vientos del sur.

Voy a coger el timón de tu cintura
Y lo voy a llevar a buen puerto,
que es mi cama.

El mar revuelto,
en tu mirada.
Voy a calmar y colmarte.

Promesas Rotas




Todas tus promesas rotas
todos tus te quieros se van.
 
Yo es que siempre he sido de luchar,
por lo que quiero
y porque lo quiero.

Espero que aprendas a amar,
mejor y más fuerte.
Que yo lo hice y ahora
estoy aprendiendo a sudar,
A sudar y llorar tinta.
O sangrar cada poema,
en el que me intento convencer
de que no aparecerás.
Pero si acabas apareciendo
y no precisamente por la puerta,
sino por todos los poemas.
Aún en muchos de ellos
hay algo de ti.

Y yo ya no se si quiero que aparezcas
O me convenzo de quiero que desaparezcas
Mientras tanto llenare esto de poesía
Y si algún día lo lees y te ves reflejada
En algún verso.
No me busques porque para entonces
aunque duela,
ya no estaré.




lunes, 24 de marzo de 2014

Tareas cotidianas







-Poema que es segunda parte de Hagamos la guerra.-
-Al Doctor Ferki por ponerle un titulo a este desastre.-

Duérmete en mi pecho,
ya veremos que pasa mañana.
Si planchamos nuestros sentimientos.
Y no invitamos a comer a la soledad.

Voy a poner una lavadora de recuerdos,
que los míos están ya sucios.
Y los tuyos están marchitos.

Voy a fregar el rellano de tus clavículas
con sumo cuidado,
Y también fregaré tus lágrimas,
Con abrazos debajo de la manta.


La ropa que te quite a dentelladas
La remiendo, como remiendo tu corazón
Con los versos al oído en la noches
En las que las pesadillas son tu realidad.

Voy a barrer tus heridas por El.
Y hoy voy ser.
Vas a ser.
Vamos a ser.

El polvo no se limpia, se echa.
Se lo explicamos a tus sábanas.

Voy a encerarte el alma
con versos.

Voy a cocinarte poesía,
A fuego lento,
En tu espalda 
o
Sobre tu pecho

Y a encender tu chispa.
nena,
Vamos a incendiar Madrid.
Vamos a consumirnos en un beso.

Te voy a llevar a Paris desde el salón
Y al limbo desde mi habitación.

Vamos a mirar como se derrumba
Esta ciudad de gatos.

Voy a estar una tarde sin escribir,
sólo por verte sonreír.

Vamos a alzar las ascuas
de esta ciudad de cenizas
Y que vivan tus ojos, Fénix.

domingo, 16 de marzo de 2014

Mensaje en la botella.





(Texto escrito para el concurso de turismodevino.com)


Estaba deleitándome con un vino de Navarra cuando sonó el teléfono. Me pasó el inalámbrico y me dijo: es mi madre. Dice que ha encontrado una botella con un mensaje tuyo.

Así el teléfono, ante la cara de incredulidad de mi esposa. Recuerdo aquella botella que mandé hace unas semanas guardar a la hermana pequeña de mi mujer en algún lugar remoto de aquella casa, con tintes de caserón de pueblo.

Aquel mensaje contenía uno de los poemas que había escrito, una de esas noches en las que el insomnio se apodera de las estrellas. Aquella botella, iba a ser uno de los regalos con los que pensaba obsequiarla para el aniversario de nuestra boda. Cinco años de casados más otros cinco de noviazgo. El poema que se encontraba dentro de la botella decía algo así:

Un segundo para inventarme
Un “te quiero” que te convenza.
Ya sabes de los de
lanzarte un beso después.

De los de no contar
previamente hasta tres,
antes de lanzarme
al abismo de tus rosados labios de fresa.
Agarrarte del brazo
y poner tu mundo del revés.
Y decirte entre silencios y susurros.
-Nena, no te marches.
Que sabes que soy, si tú eres.

Y que tu,
enseñándome esos hoyuelos,
Sostengas mi ego cuando te ríes.

Un segundo en la palma de tu mano.
Desear que sea Paris, Madrid o debajo de un Álamo
Pero que sea posado en los surcos
De esos de leer la vida, mi vida.

Por suerte siempre que hablaba por teléfono deambulaba por la casa, lo que me permitía explicarle a mi suegra el asunto del mensaje en la botella. Sin que mi mujer se extrañara de mi ausencia. Después de la conversación apuré la copa y me acurruqué sobre su pecho.

Cuándo preguntó que qué era aquello de un mensaje en la botella, le dije que era algo entre su hermana y yo. Con aquella respuesta no se extrañaría ya que a veces su hermana me llevaba a dar largos paseos por la playa para pedirme consejo. Aún así ella frunció el ceño, pero acto seguido me besó...

domingo, 9 de marzo de 2014

A este poema invito yo





-Al maestro Paco de Lucía. Gracias-
-Y a Laura, por su ánimo y tesón.
 Y porque se que este poema te gusta.-

A este poema invito yo.
Y a otra cerveza,
y a esa sonrisa.

Me encanta que sonrías,
cuando saco un poema,
del ala de mi sombrero
o de la manga.

Todo esto acompañado de una guitarra.
Suena Paco de Lucía,
Y es que el maestro se fue,
Al viaje ese del que no vuelves.
Suena en todas partes ahora.
Como recordándonos que con una guitarra
se podía hacer magia, música y poesía.

A mi me vale con tu sonrisa,
escondida en las gafas esas,
que tapan tus ojos del color
del más tranquilo mar.

Déjate llevar entre mis manos,
guitarra,
mujer.
Déjate que el desgarro del quejío
de un hombre te haga vibrar,
Te haga sentir y bailar.

Yo maestro de nada
 y aprendiz de las palabras.
Déjate volar. Déjate llevar.
O Llévame contigo.